miércoles, 26 de diciembre de 2007

Chau Culturas

Lamentablemente, habiendo asumido el nuevo gobierno macrista en la
ciudad, en el día de ayer el flamante Ministro de Cultura ha
decidido cancelar el Festival Internacional de Buenos Aires, así
como también los otros dos festivales más prestigiosos de la ciudad:
el Festival de Tango y el BAFICI (de cine independiente) .

No sólo es esta una triste medida que afecta a la cultura de la
ciudad, sino que en el caso particular del Festival Internacional
han recurrido a métodos muy violentos para destituir a la planta de
sus cargos y desalojarlos de sus oficinas.

Se agradece su difusión para que todos los que estamos ligados al
Arte, la Producción y la Cultura estemos al tanto de esta barbarie.

Renuncia de Graciela Casabé

Buenos Aires, 12 de diciembre de 2007

A la Comunidad Teatral, a los Artistas e Invitados Internacionales,
a los colaboradores de estos 10 años del Festival Internacional de
Buenos Aires, a las Instituciones, Agregadurías Culturales,
Embajadas, a los medios de prensa, al público en general:

Mi decisión de abandonar la dirección del Festival Internacional de
Buenos Aires -tras completar la VI Edición del mismo- estaba tomada.
De esto pueden dar fe mis colaboradores. Lo que también creía es que
el Festival se merecía una transición hacia nuevas direcciones -y
decisiones- que tomasen en cuenta la experiencia transitada.

No es necesario aclarar aquí los niveles de excelencia y eficacia
que este Festival supo demostrar. Pero ni en la más oscura de mis
pesadillas podía yo imaginar que la política del nuevo Ministro de
Cultura, que responde clara y penosamente a la del nuevo Jefe de
Gobierno de la Ciudad, iba a obligarnos a desalojar las oficinas en
menos de 48 horas, previa decisión de desarmar todos los equipos de
trabajo que -tras estos 10 años- se constituyeron como ejes
principales para la realización del Festival.

No se trata aquí de defender cargos, sino de dejar en claro que esta
actitud de inusitada violencia, es la que marca la política a
seguir: aquella que intenta anular, echar por tierra, reducir acero
lo que se supo construir de buena manera y con indiscutible éxito
hasta el presente.

En el momento en que usted esté leyendo este mail las oficinas del
Festival estarán vacías por orden de las nuevas autoridades. Parece
que el lema 'todo lo hecho bajo el gobierno anterior debe ser
desarmado' sigue gozando de buena salud en el Macrismo.

La violencia a la que nos vimos sometidos (no me extenderé aquí
sobre los modos y los dichos en los que fuimos desalojados en menos
de 48 horas) llevan a pensar que la pluralidad de criterios, el
disenso y los valores democráticos -tan altamente defendidos en las
campañas electorales del Pro así como en las primeras horas de
mandato- se ven totalmente anulados a la luz de estas actitudes. A
todos los empleados de planta del Festival se les ha pedido que
abandonen y vacíen las oficinas para reincorporarse en sus funciones
el 15 de enero en tareas y lugares a designar. Y esta es la decisión
que echa por tierra el trabajo de 10 años, el esfuerzo conseguido
por todo el equipo, el orgullo de armar un festival con dedicación y
trabajo, con pasión y con una enorme, profunda mística.

Mediante esta carta presento mi renuncia indeclinable a la dirección
del Festival Internacional de Buenos Aires pero -antes de hacerlo-
me pareció pertinente advertir a la comunidad teatral, a los medios,
al público, a los invitados internacionales y a todos los que
demuestran un interés en la cultura que estamos frente a la peor de
las políticas, a la peor manera de entender la cultura, a la peor
muestra de poder. Y no quiero ser cómplice de este maltrato, por eso
lo denuncio.

Este hecho de atropello no hace más que reforzar el viejo
pensamiento binario de 'unos contra otros' para demostrar lo que ya
con creces sabemos puede derivar de este pensamiento.

Gracias por acompañarme en estos 10 años. Estoy segura de que nos
encontraremos en mejores y más luminosas condiciones. Pero de algo
también estoy segura: nos merecíamos otro final. Y es la historia
lamentablemente de este país. Otra vez, gracias.

Graciela Casabé